El domingo finalicé el borrador de la secuela de Hambarath. Ahora toca un periodo de distanciamiento y después comenzar la reescritura. Y así hasta decir “Ahora está bien”.
He escrito este tomo en dos periodos: el segundo semestre de 2014 y desde setiembre del año pasado hasta anteayer. El tiempo entre etapas lo invertí en cursos de escritura, reescrituras de Hambarath y, tras la edición de esta a formatos para Kindle y papel, la autopublicación.
Como ya insinué en otra entrada, he dividido esta parte en dos. Creo haber acertado en el punto de corte porque acabo con un final en alto (ese cliffhanger que dicen a veces). La otra mitad la retomaré cuando concluya esta. Seguro que, para entonces, habré añadido más ideas a la lista de ingredientes de lo que será la tercera entrega de esta historia.
Por cierto: todavía estoy pensando en qué nombre debo poner a la colección (el título de cada obra ya lo tengo). Si has leído Hambarath y se te ocurre alguno, no dudes en sugerirlo como comentario a esta entrada o por otro medio. Aunque desconozcas de qué trata el resto, tal vez des en el clavo.
Termino sugiriéndote que, si aprovechaste la promoción de Hambarath del mes pasado y te ha gustado la novela, entres en la lista de pedidos de tu cuenta de Amazon y dejes una valoración para que más gente se anime a leerla. Como puedes poner el nombre que quieras en el comentario, permanecerás en el tan ansiado anonimato. Sería una magnífica forma de agradecerme que hayas pasado buenos ratos sumergido en esos mundos del siglo XXIX. Quid pro quo: un gratis para ti y otro para mí, ¿qué te parece?
El blog de Hambarath y sus continuaciones 